Prevenciones A Tener Con Tus Ojos

Estos son algunos de nuestros consejos de prevención

Cuidados En Zonas Troicales

Cuidados
selva

Cuando pensamos en el trópico solemos asociarlo con playas paradisíacas donde el mar refleja un fondo azul turquesa casi mágico. Sin embargo, el infierno se disfraza de belleza en las áreas tropicales. La población que habita las áreas tropicales están sometidas a largos días de sol, con la consiguiente sobre exposición a los dañinos rayos UVA. También, las altas temperaturas y la humedad del trópico favorece el hábitat natural de insectos transmisores de enfermedades, sobre todo de parásitos, pero también de hongos, virus y bacterias.

 

La tradición cultural de muchos pueblos tropicales hace que convivan muy intensamente con animales domésticos o que incluyan en sus comidas o remedios caseros a productos derivados de animales salvajes sin control sanitario, favoreciendo las llamadas zoonosis o enfermedades transmitidas de animales a los seres humanos. Para colmo, las áreas tropicales suelen tener índices socioeconómicos y sanitarios muy bajos en muchos casos, suelen soportar bolsas de sobrepoblación cuya pobre escolarización y falta de infraestructuras conllevan mala higiene que eternizan problemas en teoría relativamente fáciles de controlar. Los ojos no escapan a todos estos factores y sufren las consecuencias de vivir en dichas áreas. El auge del turismo a dichas áreas ha traído como consecuencia un aumento de casos de las denominadas ”enfermedades tropicales” en nuestros centros sanitarios, lo que supone muchas veces un reto diagnóstico.

Los largos dias de sol de las zonas tropicales suponen un sobre exposición a los rayos UVA, tóxicos para los ojos. Esto, junto a las malas condiciones de vida y la mala alimentación colaboran en estas áreas en la aparición de las cataratas y las degeneraciones maculares. Las cataratas bilaterales no intervenidas suponen hasta el 75% de las causas de ceguera en el trópico.

La enfermedad corneal es la segunda causa de ceguera en zonas tropicales detrás de la catarata. Afecta principalmente a niños expuestos a múltiples agentes infecciosos, ante los que se encuentran desprotegidos debido a la falta de un sistema de sanidad básico. En grupos de alto riesgo de zonas tropicales, la incidencia de ceguera infantil debido a problemas corneales llega a ser de hasta 20 veces mayor que la de zonas desarrolladas. Las causas de ceguera corneal son múltiples. El tracoma endémico es la principal causa. Requiere tratamientos antibióticos en los ojos, mejora de las condiciones sanitarias e higiénicas y campañas contra la promiscuidad sexual. La xeroftalmia es una enfermedad corneal que cursa con sequedad extrema del ojo que puede ser de tal gravedad que lleve a la perforación ocular. Se debe a un déficit de vitamina A por mala alimentación. El sarampión, el herpes simplex y las erosiones corneales que se infectan por bacterias u hongos e incluso por amebas son también causas frecuentes de ceguera. Incluso hoy día se dan casos de lepra ocular y de gonococia del recién nacido en estas zonas, pudiendo causar la ceguera. Como se puede ver, existe una gran correlación entre las míseras condiciones de vida de las zonas tropicales y la incidencia de ceguera.

 

El ya mencionado tracoma es la primera causa mundial de ceguera de causa infecciosa. Se debe a una infección crónica de los ojos por una bacteria denominada Clamidya Trachomatis, presente en la mayor parte del continente africano, asia y centroamérica. Hay que recordar que incluso en zonas del sur de España ha habido zonas endémicas con tracoma hasta no hace muchos años, aunque hoy día esta erradicada en nuestro país. En zonas endémicas de Africa, hasta un 7% de la población está infectada, aunque solo un cuarto de los portadores tiene activa la enfermedad. Los pacientes que presentan la enfermedad más activa son aquellos que conviven largo tiempo con personas infectadas y con enfermedad en activo y en donde las condiciones sanitarias son muy deficientes, con pobre acceso a letrinas y agua corriente. En tales condiciones, sí se recomienda un tratamiento antibiótico preventivo de las personas en contacto con enfermos activos. El tracoma produce cambios en la conjuntiva y pestañas de los párpados, que al endurecerse lesionan la córnea por el continuo roce que producen, acabando en la formación de cicatrices tanto del párpado como de la cornea que terminan produciendo la ceguera tras años de sufrimientos y dolores oculares.

  • La oncocerquiasis: representa un serio problema de salud pública en el Africa tropical y en partes de América Central, del Sur y en el Yemen. La enfermedad se la conoce también como la “ceguera de los ríos”, por darse en las cercanías de los ríos y lagos. Lo causa un parásito, un gusano. La hembra puede vivir acantonada en el cuerpo humano hasta 12 años, produciendo millones de microfilarias que invaden toda la piel y los ojos. En Africa había en 1997 aproximadamente 18 millones de personas afectadas por esta enfermedad, la mayoría de ellas en países del Africa negra central. En estos paises, alrededor de 600.000 personas están ciegas debido a la oncocerquiasis, y alrededor del 80% de la población tiene el gusano en la piel con molestias como picores y quemazón. La lucha emprendida por las autoridades locales con ayuda de la OMS, a base del control de plagas y del tratamiento masivo con ivermectina esta dando frutos muy positivos, estimándose que incluso para el año 2030 pueda darse por prácticamente controlada la enfermedad.
  • La filariasis es la infección crónica por filarias o gusanos tropicales. Hay muchos tipos de filarias, la más conocida es la Loa Loa. Es una infección endémica del Africa Central y del Oeste. El parásito se transmite al hombre a través de una mosca, la Chrysops. El gusano puede encontrase en la piel y en el ojo, típicamente debajo de la conjuntiva, debiéndose realizar una intervención quirúrgica generalmente para extraerlo. También es típica una diseminación generalizada de microfilarias por todo el cuerpo, por lo que se necesita también tomar medicinas como el Hetrazan durante un largo periodo de tiempo para curar al paciente. Una variante menor de esta enfermedad puede transmitirse en España y otras áreas del mediterráneo a través de la picadura de un mosquito, aunque son casos excepcionales.
  • La toxoplasmosis congénita puede causar ceguera o alteraciones graves de la visión. Se debe a la infección de la retina por un protozoo llamado Toxoplasma Gondii. Más raramente puede también infectar el cerebro de los fetos y producir afectación cerebral. El protozoo se transmite de madres a hijos a través de la placenta, pero también puede infectarse comiendo carnes poco cocinadas. La incidencia de toxoplamosis ocular es también más elevada en el trópico, aunque también se puede dar en países desarrollados de la cuenca mediterránea.
  • Otra enfermedad infecciosa que afecta a los ojos típica de áreas tropicales puede ser la leptospirosis, debida a la infección de humanos desde roedores y otros animales salvajes. La enfermedad puede ser mortal si hay afectación del hígado y riñones. Los ojos suelen presentar una inflamación intraocular. La enfermedad tiene cura con antibióticos y los ojos pueden generalmente salvarse sin secuelas con el tratamiento adecuado.
  • La esquistosomiasis afecta a más de 250 millones de personas en Africa y Asia. Es una enfermedad infecciosa frecuente pues en el trópico, aunque los problemas oculares asociados son generalmente raros. De tener afectación ocular, consistiría en inflamaciones crónicas en los ojos. En España, se debe sospechar en pacientes que tengan diarreas crónicas y afectación ocular y que hallan viajado a países tropicales, aunque hallan pasado años desde su visita a el trópico.
  • Las infecciones por virus con afectación ocular típicas de zonas tropicales también son importantes. Por ejemplo, el virus HTLV-1 puede producir infección ocular, con sequedad ocular e inflamación corneal e intraocular. La fiebre del dengue es otra infección vírica transmitida por un mosquito, endémica de zonas de Africa y Asia. Aunque raramente afecta a los ojos, puede producir hemorragias retinianas con disminución de la visión.

Por último, no debemos sólo asustarnos por todas las amenazas que el trópico nos pueda deparar. Si estamos pensando ir a esas zonas, podemos ir seguros si nos preparamos un poco antes de salir, incluso con niños pequeños. Debemos, especialmente los niños, ser vacunados siguiendo las recomendaciones según el país a visitar, teniendo en cuenta la edad, la duración del viaje, el destino y el propósito del viaje. Debemos llevarnos un botiquín de primeros auxilios con termómetro, vendas, desinfectantes y medicación indispensable (agentes anti-malaria, antipiréticos, soluciones hidratantes, crema solar, antieméticos, suero fisiológico para uso ocular). La protección con cloroquina contra la malaria es importante en ciertas zonas, aunque a veces existen resistencias y es necesario tomar proguanil. Hay que evitar en lo posible heridas cutáneas, roces, mantener la piel seca y limpia, tratando cualquier herida. Usar protección solar, sobre todo en los niños. También debemos usar repelentes contra insectos, redes anti mosquito y gafas de sol. Debemos limpiarnos bien las manos antes de manipular los alimentos. Los alimentos deben estar bien cocinados, las verduras bien enjuagadas, las bebidas embotelladas, incluida el agua. Estas medidas son generalmente suficientes para viajar tranquilos a las bellas zonas tropicales y no preocuparnos en exceso ante la multitud de posibles infecciones, en parte mencionadas en este artículo.

 

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